Pole Dance, nuestro nuevo Psicólogo

Escribir de nuevo me ha hecho recordar que la última vez que estuve por aquí estuve hablando de la revolución del sexo con el porno virtual. ¡Qué guay!
Estoy de vuelta, con muchísimas novedades así que empiezo de nuevo. Buenos días y bienvenidos una semana más.
No siempre es fácil cumplir con esto de escribir un post a la semana, principalmente porque no todas las semanas tengo algo que contar. Mi vida es muy poco emocionante detrás de un ordenador. Por eso he decidido cambiar algunos “malos hábitos” tomándome una vez a la semana unas horas de gloria para mí. Hoy os contaré la primera cosa más emocionante que me pasó la semana pasada. ¡Me he apuntado a clases de Pole Dance! ¡Yeah!

-¿Pole dance? ¿Eso te hace estar así de emocionada?

Si vosotros supierais lo complejo, difícil y duro que es este puto deporte estarías como yo sólo de conseguir colgaros con un oso perezoso a esa barra de metal. Enserio, es muy jodido y mis agujetas me lo recuerdan cada día. Entre mi cuerpo oxidado y las mil acrobacias de la primera clase juro que esta semana muero de dolor.

Dicho esto empiezo de nuevo desde el principio.

El Pole Dance, será nuestro nuevo psicólogo

Empezaré por enseñaros una imagen de una bailarina de pole dance para que sepáis de lo que hablo y os vayáis a haciendo una idea de lo que os voy a hablar hoy.

¡Wow! ¿Verdad?

Yo descubrí el pole dance cuando vivía en Inglaterra, inocente de mí y de mi “asquerosa y reprimida” mente española, siempre había asociado el pole dance con strippers, clubs de alterne y cosas así. Por suerte vivir fuera de España me abrió la mente y me enseñó otros caminos. Así es como descubrí el verdadera origen del pole dance, hasta entender que si lo hacían en lugares como lo que os he dicho antes es porque no hay baile más sexy y sensual en el planeta. De verdad, una pole dancer puede follarte como sólo mover un pie.

Pero no se queda en un baile sensual que pone morcillón a todo el que se acerca, sino que además es la disciplina más dura que he probado jamás. Sé que yo estoy muy oxidada, mucho, mucho…pero no olvidéis que estudie danza en el conservatorio, que he bailado desde bien pequeña y que quien tuvo retuvo. Pero os prometo que no hay nada más difícil y duro que el pole dance.

Es una mezcla de coordinación, fuerza y equilibrio sumado con belleza y erotismo. Todo esto metido en unos shorts y unos tacones de infarto. ¿Os sigue pareciendo fácil?

Y es que ni escuela bolera que hasta ahora era lo que más palurda me había hecho sentir es tan duro como el pole dance.

Lo que más me maravilla de este deporte / baile como queráis llamarlo es que parece ttaannn fácil, tanto que te vienes arriba y dices, ¡Yeah, voy a subirme a esa barra y os vais cagar! -¡Já! Sí, pero de miedo jaja
Ahora viene la hora de desmontar tabúes acerca del pole dance.

¿Por qué lo asociamos a bailarinas de striptease?

Sé que al ser un baile tan exótico es fácil que nos recuerde a esas preciosas chicas, con cuerpos despampanantes, mirando con ojos de gatita en pezoneras. Pero esto no es más que un atuendo que este tipo de baile requiere. Lo que me sorprende es porque una chica que baila danza contemporánea en topless es arte y una chica en pezoneras dando vueltas a una barra de metal es una “guarrilla”.

A todas aquellas que me estáis leyendo os diré que el pole dance a pesar de ser una disciplina súper dura es jodidamente maravillosa.
Son muchísimos los beneficios que te aporta practicar pole dance y no sólo físicos sino también morales. Es una inyección de autoestima casi inigualable. Tonifica y fortalece todos los músculos pero además te hace sentir sexy e irresistible, de verdad. Es alucinante sentir que entras sintiéndote Betty la fea y sales de la clase con ganas de comerte el mundo al estilo Beyoncé.

Algo importante a tener en cuenta antes de lanzaros a la piscina es que estéis seguros de profesor/a qué vais tener. Al ser una disciplina relativamente nueva (o al menos aquí en España) cualquiera se ha sumado a esto de dar clases. Yo tuve mucha suerte y encontré a la diosa del pole dance en el salón erótico de Barcelona. Supe desde el primer momento que ella sería la profesora ideal y no me equivocaba. Se llama Yasmina de Haro y junto con su hermana imparte clases en su escuela Ingravity Studio en Barberá del Vallés (Barcelona).

Es tanto el amor que siento por esto, la belleza de esta disciplina, la diversión que te aporta y lo bien que te hace sentir que he decidido incluir talleres de pole dance en mis reuniones tuppersex. Pronto tendréis más noticias sobre esto :)

Contarme qué os ha parecido. Espero que os animéis a probar y os enamoréis del pole dance tanto como yo.

Eva XX