Cuando hablamos de productos para la higiene íntima nos referimos a una serie de productos que pueden mejorar nuestro bienestar y no tanto a la higiene de la zona íntima explícitamente o a la limpieza en sí de los genitales. En el caso, por ejemplo, de la vulva y la vagina debemos evitar todos los productos como jabones íntimos, toallitas, desodorantes o duchas vaginales.
Este tipo de productos “se cargan” nuestro pH y puede provocar infecciones. Los genitales se limpian únicamente con agua o con el propio gel corporal que cae en el momento de la ducha, pero no es bueno ni necesario hacer limpiezas específicas para esta zona del cuerpo.
Si te has preguntado alguna vez cómo llevar a cabo una buena higiene íntima la respuesta es; con agua. Agua y ¡nada más! No importa si el producto está diseñado de forma especifica para la zona íntima o te lo venden como “respeta el pH”, lo mejor siempre será no utilizarlos. Solo se deben utilizar bajo la recomendación de profesionales en casos como por ejemplo; una infección o cuidados post operatorios.