Eva Sale del Armario

La homosexualidad

¿Qué pienso yo de la homosexualidad? nada. No me produce ningún tipo de sentimiento, tengo pensamientos nulos hacia la palabra homosexualidad. ¿Es porque paso del tema?

No, es porque no entiendo porque debería alarmarme o producir ni siquiera una mueca cuando escucho homosexual o cuando veo dos personas del mismo sexo besándose, sólo porque no me produce sentimiento alguno ver besar a una pareja que no lo es.

Así que no, obviamente no paso del tema, es sólo que me ha tocado esa mente libre que comprende que no todo el mundo duerme, come, ríe, folla, camina, habla…de la misma manera.

Yo follo con quien me de la gana

Tengo esa mente brillante de las que carece el mundo, por eso señores yo también follo con quien me da la gana y a ti tampoco te debe importar en absoluto.

Tengo muchos amigos y amigas, conozco gente con diferentes costumbres, de diferentes colores y que hablan diferentes idiomas al mío, así como también tengo amigos que sin encasillarlos se besan, se acuestan y se casan con quien aman si mirar de qué color, raza o sexo son.

Así que tan natural como comer es comerse a quien te plazca, porque cuando hablo con alguien, cuando comparto quien soy con una persona sinceramente me importa un rábano con quien duerme por las noches, con quien llora cuando está triste o con quien comparte sus éxitos y alegrías, no me importa porque yo lo hago con el amor de mi vida y no tengo que decir si es hombre o mujer, me hace feliz con todo lo que hace y eso es suficiente.

Por esa razón y por muchas más me enternece profundamente aquellas parejas que libremente expresan sin palabras lo que sienten y a quién aman sin importarles demasiado el qué dirán.

Conclusión…

Cualquier amor por absurdo que nos parezca debe ser respetado, dejemos de girarnos cuando vemos una pareja del mismo sexo y dejemos de una vez por todas de poner etiquetas, esto sucede sólo porque las mentes no son capaces de aceptar lo que tú entiendes como anormal, debemos sinceramente plantearnos una forma nueva de ver las cosas, por nosotros, por el bien de nuestros hijos, y por la generación que va después.

Detrás de todo esto hay gente que realmente sufre, y que por desgracia todavía se pregunta que les dirán a sus hijos el día que crezcan y les pregunten ¿Por qué tengo dos papas o dos mamas?, y esto ya no debería ocurrir.

En definitiva no tengas miedo de hacer todo aquello que de verdad quieres y mucho menos de compartirlo con quien deseas, porque lo que realmente da miedo es que todavía hay gente que no entiende cosas como estas.